La Chía es la semilla de la planta Salvia Hispánica, perteneciente a la familia de otras salvias como la menta o el tomillo.
Su semilla es fácilmente reconocible por su intenso color chocolate, por su diminuto tamaño (1 o 2 mm de diámetro), su forma ovalada y por su sabor suave.
Podemos definirla como una fuente natural de fibra, ácidos grasos omega-3, proteínas, vitaminas y minerales, entre otros nutrientes. Se considera un superalimento debido a su alto contenido en calcio y vitaminas.
Su alto contenido en fibra ayuda a mejorar el tránsito intestinal y a favorecer la absorción del colesterol.
La chía es muy rica en ácidos grasos omega 3. Esto le otorga propiedades antiinflamatorias y protectoras del sistema cardiovascular y también mejora la capacidad mental y fortalece el sistema inmunológico.
Resulta muy beneficiosa para controlar patologías como la hipertensión, problemas circulatorios, ciertas funciones cerebrales y otras condiciones asociadas a la salud cardiovascular, como el síndrome metabólico.
Gracias a su gran capacidad para absorber líquidos, la chía tiene un alto poder saciante, además de ser muy rica en proteínas vegetales y en triptófano, un aminoácido esencial que actúa como precursor de la serotonina, así como en la síntesis de melatonina, la hormona encargada de regular el sueño.
Las vitaminas B y E, y otros minerales como potasio, hierro, calcio, fósforo y selenio están presentes también en estas diminutas y valiosas semillas.
¿Podemos tomar chía todos los días?
Puede presentar ciertas contraindicaciones.
Pese a sus múltiples y evidentes beneficios y aportes nutricionales, es necesario prestar atención a la forma en que se consume, debiendo estar siempre supervisada por un profesional y adaptada a las condiciones y necesidades de cada persona.
Por otro lado, cuando las semillas de chía se mezclan con un líquido, estas lo absorben con mucha facilidad, formando una especie de gel que muchas personas toman con el fin de sentirse más saciados y perder peso.
Esto podría ser perjudicial si se toma en exceso, pudiendo dar lugar a problemas gastrointestinales como gases, inflamación o distensión abdominal. Abusar de estas semillas, además, podría provocar que nuestro cuerpo tenga más dificultad en la absorción de minerales como el calcio, el hierro o el zinc.
Es importante tener en cuenta también si se está tomando algún medicamento con función anticoagulante, aumentaría el riesgo de sufrir sangrados o hemorragias, pues estas semillas son por sí mismas una fuente de compuestos con acción anticoagulante.
También debido a la alta cantidad en fibra de la chía, no debemos excedernos en su consumo diario. La cantidad genérica recomendada al día es de unas dos cucharadas, unos 25 gramos.
Cómo podemos tomar las semillas de Chía.
En ensaladas, en masa de galletas, en yogur, diluidas en agua, en zumos, batidos, leche, en pan, bizcochos, en sopas, cremas, en compotas.
Personalmente, las suelo consumir en el yogur, aunque a veces hago batido de fruta con leche, añadiendo un par de cucharaditas y esta riquísimo.
También podemos consumirla en forma de pan.
Os dejaré, en la siguiente entrada, la elaboración del pan de chía por si os animáis a hacerlo y a consumirlo.
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