La utilización de la Miel en repostería ha sido algo habitual desde la antiguedad, pero en la cocina occidental se ha ido abandonando su practica a medida que pasaban los siglos.
Antes de que el azúcar hiciera su aparición, la miel era el único endulzante conocido y presente en todas las recetas dulces y productos horneados. En la actualidad se puede tomar como edulcorante, pero también es muy utilizada en repostería elaborando productos como: conservas, mermeladas, jaleas, turrones, jarabes, bebidas, dulces, productos horneados y helados.
La Miel posee grandes ventajas, desde el punto de vista gastronómico.
- Posee un alto poder edulcorante, superando a el azúcar común.
- Es un buen conservante de frutas, carnes y frutos secos.
- Al ser rica en azúcares, absorbe la humedad fácilmente y relentiza el endurecimiento de los productos horneados.
- Potencia el sabor de los alimentos, aporta aroma y colorea los alimentos de forma intensa.
- Aporta una consistencia cremosa a los helados, ya que el producto no endurece a temperaturas bajas.
- Ayuda a homogeneizar las salsas y suaviza la acidez de la salsa de tomate.
- Combina muy bien con cereales, verduras y hortalizas.
- Se puede consumir a cualquier hora del día como endulzante natural o para untar.
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