Creo que casi todo el mundo una vez, por lo menos, en su vida ha tenido un Sprinkle en su mano. Pero ¿qué son y de dónde surgen?.
Sprinkles se traduce como espolvorear, rociar, esparcir. Se tratan de pequeñas piezas de confitería dulces que se utilizan para la decoración de distintos productos de repostería y pastelería, como tartas, donuts, cupcakes, galletas, helados, etc.
Existen desde hace muchos años, aunque en un principio decolorábamos nuestras creaciones con los clásicos fideos de chocolate o de colores, con pequeñas bolitas, con frutos secos caramelizados hasta que hoy en día podemos encontrar un amplio catálogo de Sprinkles de diferentes formas y colores.
Estas pequeñas piezas dulces tienen una doble finalidad, la de decorar nuestras elaboraciones pero también la de ofrecer un contraste de texturas en el paladar.
Los Sprinkles ya se utilizaban en la confitería francesa a finales del siglo XVIII. Su uso ha ido en aumento, al igual que la variedad de decoraciones dulces que aparecen en el mercado. Podemos encontrar todo tipo de formas, colores y sabores, elaborados con azúcar, chocolate, galleta, frutos secos, cereales, etc.
Suelen utilizarse para espolvorear sobre los dulces deseados, que previamente glasearemos para que éstos se adhieran.
Podemos encontrar Sprinkles en tiendas especializadas, aunque poco a poco los hipermecados van contando poco a poco con nuevas incorporaciones, encontrando el fideo clásico.
Su precio varia según su composición, su forma, su fabricante o el comercio que lo ofrece, pero no resultan muy caros.
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